Por: Jesús Alberto Rubio.
Interesante lo que plantean Humberto García y Cesáreo Suárez sobre la propuesta en MLB de alejar la loma del plato.
Humberto, puntualiza que, con ello, será una proeza que los lanzadores alcancen la quinta entrada y que debido a su dominio MLB hace cada día más difícil la labor del pitcher; nunca había sido tan difícil ser un pitcher triunfador donde la mayoría de los cambios en los últimos 50 años ha sido para priorizar el bateo.
Cesáreo Suárez Naranjo: un pie es demasiado y aunque sean 6 pulgadas el esfuerzo será mayor y muchos brazos van a tronar, pero la tendencia, lo que vende y mantiene el juego es la ofensiva, aunque el pitcheo hace sus ajustes y vuelve a su zona de dominio.
Pitcheo…
Continuando con el tema de aquellos venerables lanzadores que lanzaban nueve o más entradas y se lucían con juegos completos a manos llenas…
Además de los que en la anterior columna mencioné, hay que recordar también al veracruzano Ramón Arano quien tiró en seis décadas distintas, hazaña que nadie ha hecho en nuestra pelota mexicana.
En la LMB lanzó en 32 temporadas dejando registros de 334-264, ponchó a 2,380 y logró 57 blanqueadas (No. 1 en el circuito).
Su promedio de carreras limpias admitidas fue de 3.26.
¿Juegos completos?: 297.
En la LMP: apareció en 252 partidos, tuvo 89-88, abanicó a 973, colgó 24 rosarios (blanqueadas) y terminó con 2.83 en carreras limpias.
Hay mucho más del nativo de Cosamaloapan, por supuesto, y por ello, por todos sus méritos en el terreno de juego ingresó al Recinto Sagrado del beisbol mexicano en 1993.
Antonio Pollorena:
Bueno, así como lo fueron Vicente Romo, Alfredo Ortiz, Mercedes Esquer y compañía de lanzadores de gran estirpe, otro ejemplo de pundonor sobre la loma lo fue Toño Pollorena, quien se aventó el truco de ganar al menos 20 juegos en cuatro temporadas consecutivas en la década de los años 70.
En 22 campañas inició 474 juegos, acumuló 233-170, registró efectividad de 3.01, recetó 1,871 ponches y completó 222 encuentros de los cuales 52 fueron blanqueadas.
Logró 85 victorias en cuatro años y totalizó en aquel su brillante periodo 100 en cinco.
Y mire qué cosa: lanzando para el Unión Laguna en 1974 logró 25 y con ello empató el récord de victorias para un serpentinero mexicano.
Fue algo impresionantes, 25-7, con 25 juegos completos, algo que hoy en día es imposible de ver. Tuvo un espectacular 2.18 y recetó 183 chocolates, la cifra más alta de su carrera.
Con esas 25 victorias se acercó a los 30 ganados de Ramón Bragaña en 1944 con los Azules de Veracruz.
Antes habían logrado 25 triunfos Jesús “Cochihuila” Valenzuela (Tampico, 1942); Andrés Ayón (Charros, 1967) y Miguel Solís (Satillo, 1979).
Dihigo: uno dos y tres
¿Recuerda los tres triunfos de Martín Dihigo con el Águila de Veracruz en la serie final de 1937 contra Agrario?
Ganó el primero, el segundo y el tercero… ¡y vámonos a la coronación!
La primera en la historia del Águila en la LMB.
En aquella gloriosa temporada el ilustre cubano también tiró el primer juego sin hit ni carrera en el circuito: lo hizo ante Nogales, Veracruz.
Les ganó 4-0 el 16 de septiembre de 1937.
Formidable.
Para cerrar por hoy aquí le tengo este enlace para que disfrute lo más notable que se ha visto en el renglón del pitcheo azteca:
https://www.salondelafamadelbeisbolmexicano.com/beisbol-records-pitcheo-lmp
Enrique Chávez Ramírez
A nivel Ligas Mayores, mire lo que nos dice nuestro amigo Enrique:
¿Y qué me dicen de aquellos pitchers que tiraban (y ganaban) tres partidos en una misma Serie Mundial? (Sandy Koufax, Whitey Ford, Johnny Podres, Nolan Ryan, Juan Marichal, Pedro Martínez, Rick Goosage, etc,)?
No, pues sí, paisano.
Finalmente, anote:
¿Fenómenos del pitcheo, también?
Qué podemos decir de los siete juegos lanzados sin hit ni carrera por Nolan Ryan; las 511 victorias de Cy Young; los 10 ponches seguidos de Tom Seaver (1970); los 20 abanicados: Roger Clemens (1986 y 1996), registro que comparte con Kerry Wood (1998) y Randy Johnson (2001).
Incluso, las 16 lechadas en campaña por Grover Cleveland Alexander (1916); los dos juegos seguidos lanzados sin hit de Johnny Vander Meer (1938) y algo que hoy es imposible alcanzar: las 41 victorias de Jack Chesbro, en 1904.
Usted diga.