Hace años se declaró el fin de las ideologías como efecto de la caída del muro de Berlín que antecedió al derrumbe del bloque soviético. En realidad nunca hubo tales ideologías como un completo sistema de ideas aplicables a cualquier país. Había matrices concretas y extensiones en imitaciones o caricaturas. Es distinguible el carácter central de la ideología facista dominante en Alemania, Italia y Japón de la segunda guerra mundial; así como la ideología comunista del bloque soviético que sobrevivió hasta los años ochenta. El facismo fue eliminado de la faz de la tierra. El comunismo trascendió a la segunda guerra mundial, se derrumbó como opción de futuro, pero logró implantarse en versión de cruel caricatura en lugares como Cuba, Nicaragua, Korea del Norte, etc.. Lo de Cuba es trágico: adoptaron el modelo socialista y se quedaron solos; es gobernada por un tipo de partido comunista que ya ni en Rusia tiene relevancia.
Sin ideologías en sentido estricto lo que hay son creaciones artificiales, ocurrencias, simulaciones, demagogia y muchos discursos exaltados y grandi elocuentes. Al inventar se pasa directamente a la mentira. La falla mayor de los gobiernos es querer que la realidad se ajuste a su supuesta ideología. Se omite lo profesional, lo técnico y hasta la ciencia por supuestas creencias y principios. Todo se justifica en aras de lo que entienden como ideales. Todo se mezcla, se hace masa de ideas o algo parecido. Es un velo, es apariencia; se levanta y no hay nada. Es una seudo ideología de cascarón. En los viejos tiempos se hablaba de los “rabanitos“: rojos por fuera y blancos por dentro. Ahora ni color hay. Todos los colores se mezclan. No hay nada o casi nada atrás.
Los gobiernos que se conducen por lo que entienden como ideología disfrazan su ejercicio político, su manejo del poder. Viven más del discurso y pretenden persuadir con consignas y propaganda. Atrás de la publicidad casi nunca hay algo sustancial y que valga la pena. Se vuelve un sistema de gobierno, una rueda que se mueve por inercia y , cuando es necesario, aplasta a quienes la quieren detener. Algunos saben como inicia ese modelo, la mayoría únicamente lo sigue o padece. Concentrado el poder hacen de todo para sostenerlo. Las ideologías (supuestas) cerradas son excluyentes y acotan la libertad. Comúnmente dan cobertura a caudillos y personajes mesiánicos. Son ideas de papel con las que se intenta envolver la adición al poder de los líderes convertidos en gobernantes.
Cuando con sus ideas quieren, además de guiar a sus “pueblos”, incidir en la vida cotidiana de la ciudadanía, se vuelven una amenaza a la vida normal de la gente. Se vuelven integristas. Es bochornoso oírlos dar consejos sobre hábitos y relaciones de las personas. Como algo tiene de absurdo su proclividad berborreica. Pienso que hay gobernantes cuya personalidad no deriva al culto, ni les interesa. Pero imitan para agradar a ciertas figuras y quedar bien con las bases.
Recadito: Foro 26-41 el 12 de agosto. Organiza el MOPI.