El simple hecho de pedirnos meditar nos lleva, no sé tú, pero al menos a mí sí, a la imagen mental de la mente en blanco, posición de mariposa, un tapete, y cero ruido; obvio demandando un tiempo, tiempo que quizá es el que no tenemos para “esas cosas” (meditar). En medio de este momento que vivimos con tanto estrés y tantas demandas, saliendo de una pandemia y tratando de acostumbrarnos al viejo-nuevo ritmo de trabajo, creo que no podemos descartar la meditación.
Para esto, quiero sugerirte el libro Recuperemos el arte de la meditación bíblica. Lejos de la religión que profeses, este libro nos lleva en pasos muy prácticos y que no demandan una situación incómoda que más que relajarnos nos lleve a la frustración.
Este libro parte desde la pregunta del por qué es importante la meditación, usando ejemplos como el de Harriet Tubman, una espía, nacida en tiempos de esclavitud y que ayudó a muchos durante la Guerra Civil; la meditación de ella no consistía en mente en blanco o mantras, más bien, en una palabra viva que estaba en su mente y la sostuvo aún en medio de la circunstancia en la que se encontraba.
El autor, Robert J. Morgan, da consejos muy prácticos, como invertir en el estudio, repetir y escribir palabras clave que nos ayuden a salir adelante, y pegarlas al pie de la cama; o compartir pláticas positivas con otros, etcétera. Recomiendo este libro, pues aparte de ser una gran ayuda en mi día a día, estoy convencida que nos debemos dar tiempo para la meditación y así tendremos más tiempo, en este demandante mundo.
El título es muy claro al decir que la meditación es todo un arte, puesto que para ello se necesitan muchas áreas como la contemplación, la creatividad y así desarrollar una fuerza emocional en los momentos más turbios y desolados. La meditación es una herramienta para cuidar nuestra mente.
Foto: Ilustrativa/Internet.