Es necesario que la población en general tome conciencia del ahorro y uso sustentable del agua potable ya que cuidarla y conservar el vital líquido nunca antes había sido tan urgente en el planeta, afirmó Ana Laura Bautista Olivas, profesora investigadora en el Departamento de Agricultura y Ganadería (DAG) de la Universidad de Sonora .
La ingeniera en Irrigación por la Universidad de Chapingo, con maestría y doctorado en Hidrociencias por el Colegio de Postgraduados, y quien colabora actualmente en la Maestría de Sustentabilidad de esta casa de estudios, también destacó lo que significa la huella hídrica como estrategia para la producción agrícola y consumo responsable.
En el marco de la Semana Mundial, del Agua –que se desarrolla entre el 23 y el 27 de agosto - la académica recordó que el ser humano utiliza este recurso para desarrollar prácticamente cada una de sus actividades cotidianas.
Por ello, advirtió que comprender y aplicar acciones sobre su cuidado y darle un uso responsable, es trascendental para la vida humana porque cada pequeña acción de esa naturaleza cuenta.
“Sabemos que evitar productos de un solo uso, como los popotes y las bolsas de plástico, o reducir el uso del carro son acciones conocidas”, advirtió; sin embargo, planteó que hay otras acciones sencillas, como el reuso, reciclado y elección de productos que reduzcan los efectos negativos en el planeta, que también son relevantes.
Necesario generar conciencia
Ana Laura Bautista, integrante de la Academia de Irrigación en el DAG, señaló cómo es bien sabido que el sector agrícola, en promedio, utiliza el 70 por ciento de agua dulce, sobre todo en países tercermundistas; y dijo que ese porcentaje disminuye conforme las naciones tienen mayor poder adquisitivo.
Aseguró que esto indica que consumen menos agua para la producción de alimentos, pero que el agua ahorrada es empleada en otros sectores productivos existiendo una relación de mayor consumo de agua con mayor poder económico.
Es evidente que lo anterior tiene un grave impacto ambiental que se ve reflejado en la falta de agua, la erosión del suelo y el deterioro ambiental, sostuvo.
“Es por tal motivo que la ciencia, consciente de lo anterior, promueve la investigación hacia índices de sustentabilidad, como la huella hídrica de los productos agrícolas, la cual se define como “el volumen total de agua dulce que se emplea directa o indirectamente para la producir un bien o servicio”.
Ese conocimiento, precisó, resulta una herramienta de análisis para la sostenibilidad debido a que promueve cambios en el consumidor hacia productos con menor requerimiento hídrico.
Dio a conocer que ello incide positivamente en los objetivos de la agenda 20-30 como agua limpia y saneamiento, ciudades y comunidades sostenibles, producción y consumo responsable y vida de ecosistemas terrestres.
“Es necesario incorporar esta información en los productos agrícolas, similar a lo que se hace con las etiquetas negras en los artículos de consumo”, comentó.
Además, calificó como necesario que la sociedad conozca datos como el que para obtener un kilogramo de carne se necesitan 15000 litros de agua, sin contar otros recursos naturales, algo similar para fabricar un teléfono celular, con 12,700 litros.
Bautista Olivas enfatizó que la huella hídrica es una herramienta más que se suma a las diferentes estrategias para minimizar el deterior ambiental, pero que la decisión es personal y el efecto debe ser de manera global.