Mi viaje en el yate Granma réplica...

Autor: Teófilo Alvarado Martínez. 

Fue en el ciclo escolar mil novecientos setenta y cinco -setenta y seis-, éramos un grupo de adolescentes que cursábamos la educación secundaria en la escuela tecnológica pesquera, ubicada en carretera a la playa, recuerdo lo nutrido del bosque que rodeaba a las aulas escolares, un gran plantío de cocoteros frente de la escuela, a un costado el estero de La Calzada y un huerto de mandarinos donde solíamos entrar furtivamente y saborear las sabrosas naranjas. 

Por el lado del río, gozábamos de la sombra de los árboles en un horario de las dos hasta la cuatro de la tarde, pues era el receso para tomar alimento quienes llevaban y, los que no, pues aprovechábamos el tiempo para poner en orden los apuntes o realizar las tareas, algunos simplemente disfrutaban del río para nadar, (hoy en día ahí se encuentran las oficinas de capitanía de puerto). 

Dentro de las actividades técnicas escolares, teníamos prácticas de acuacultura, pesca, náutica, máquinas y conservación de producto pesquero, que practicábamos tanto en aula la parte teórica y físicamente en el río, otras ocasiones en la laguna de Tampamachoco; para las prácticas nos transportábamos en unas lanchas de fibra de vidrio que al parecer aún se encuentran ahí, recuerdo el cultivo de ostión en la laguna por donde hoy se encuentra la termoeléctrica, abundaban los peces pues al caminar sobre el lecho de esas restingas pisábamos los sargos, pargos que poníamos gustosos al interior de los botes, supervisados por el maestro, Raúl Prieto, quien se había especializado en Israel en cuestiones de acuacultura. 

En esos años el gobierno de la República a través de la secretaría de Educación crearon un fideicomiso, en el cual todas las escuelas de ese rubro tecnológico recibieron un barco pesquero con el cual se reforzaron los conocimientos de los educandos, por cierto los barcos tenían la particularidad que sus cascos fueron construidos en ferro cemento. 

La dirección escolar que ostentaba el Ing. Víctor Manuel Ferrer Pérez y la subdirección a cargo del Ing. Feliciano Zamudio Ortega, quienes enviaron a Cuba un grupo de alumnos para recibir y trasladar dicha embarcación hasta el frente de aguas de la escuela, entre los alumnos y cuerpo técnico viajó Celestino Mariano Reyes compañero, amigo y vecino mío quien falleció aproximadamente hace unos ocho años, el me narró todas las peripecias que vivieron en la isla caribeña. 

Fue en ese barco en que los alumnos de segundo y tercer grado realizaban un viaje a la Isla de Lobos, donde ponían en práctica lo aprendido en aula, viajaban con nosotros los maestros de máquinas y pesca, no recuerdo si viajaba el ingeniero de ciencias náuticas de quien olvidé el nombre, pues cariñosamente todos los alumnos apodábamos el “Sido” era el maestro más “chido” por su forma amena y ser llevadero con los alumnos, pero eso sí muy serio y exigente en clase. 

Fue en el ciclo escolar (1976-1977) que la escuela recibe de parte del gobierno de Cuba y como un regalo (o no sé si México pagó por ello) una réplica del yate Granma, en recuerdo y conmemoración de la partida del comandante Fidel con sus ochenta y dos hombres hacia la isla y, realizar así la conquista del poder en Cuba, un veinticinco de noviembre de mil novecientos cincuenta y seis, esto según la historia, yo nací en mil novecientos sesenta y uno. 

En la explanada de lo que en aquellos años fue el muelle fiscal (frente al antigüo edificio de la entonces secretaría de hacienda y crédito público) hoy SAT, citaron a los alumnos de la pesquera y otras escuelas invitadas que por cierto no eran muchas como hoy, nos formaron para un acto de recibimiento del yate Granma réplica, estuvo en representación del presidente de la República en turno el entonces secretario federal de Educación, una persona de apellidos Bravo Ahuja, de pronto apareció surcando suavemente las aguas de nuestro río un pequeño yate, casco de madera de un color verde agua, se escuchaba un cantico que salía de las ochenta y dos gargantas de los que apretujados se encontraban al interior del yate, se acercaban al muelle, no sé si cantaban el himno de Cuba o de alegría por llegar a Tuxpan y descansar de ese espacio reducido en que venían, lentamente llegó al muelle donde hoy está el paso de Santiago de la Peña conocido como Negretti, no sé si me comisionaron el caso es que rompí fila y, me acerqué a recibir amarras lo até a unas argollas que hoy en día ya desaparecieron por el óxido. 

Desembarcaron y se formaron al igual que nosotros, y los discursos se dieron cuando el orador por México en su lectura dijo: ¡Viva México, Viva Cuba!. Todos los presentes respondimos a una fuerte voz ¡Viva!. 

Lo que no sospechaba, que con el paso de los días entre el yate Granma y yo se daría una química inigualable, pues empecé a visitarlo constantemente me llevaba bien con el capitán, tan bien que olvidé su nombre, gozaba de la confianza de la dirección de la escuela y por iniciativa propia le aseaba la cubierta, al término del segundo grado la dirección planeó y realizamos un viaje con rumbo al sureste de la República, conseguí ciento cincuenta pesos y me fuí contento con maestros y técnicos, unos viajaron en el yate Granma réplica, de Tuxpan hasta ciudad Lerma Campeche, mientras el grupo en que viajaba yo nos fuimos en el autobús que poseía la Pesquera lo conducía un chófer de nombre Adán, en Veracruz puerto visitamos el Heroico Colegio Militar, también la Escuela Naval Mercante "Fernando Silíceo", el señor Manuel Moscoso, quien realizó sus estudios en esta escuela mercante nos mostró con mucho gusto su fotografía que se encontraba en el cuadro de alumnos egresados como oficiales marinos de esa escuela naval. 

Continuamos el viaje y llegamos a ciudad Lerma, Campeche, ahí pasamos la noche en la escuela técnica pesquera pues era un internado; al siguiente día continuamos pero ahora los del yate se unieron al camión y viajamos un poco apretados pero muy gustosos, visitamos la zona arqueológica de Palenque, Chiapas, de ahí nos llevaron a conocer la pirámide de Chichen Itzá, y continuamos aprovechando de paso llegar al insípido Cancún de aquellos años pero de una belleza sin igual, posteriormente nos dirigimos a puerto Morelos, Quintana Roo. Llegando a la escuela tecnológica pesquera de ese lugar, ahí convivimos con el alumnado en los clásicos partidos de futbol y volibol, maestros y alumnos de pronto nos dijeron que había que dormir pues en ese estado hace muchos años que utilizaban el cambio de horario. 

Al amanecer nos ofrecieron un desayuno y disfrutamos de la playa, de las aguas de la mar con su transparencia inigualable, cansados de sol y de nadar abordamos el autobús y de regreso a ciudad Lerma ahí, los alumnos que iniciaron el viaje en el yate continuaron el regreso a Tuxpan en el camión y, el grupo en que yo viajaba abordamos el yate Granma réplica, navegar fue toda una experiencia para nosotros los alumnos, pues realizamos las prácticas de máquinas y de náutica siempre bajo la responsabilidad de los maestros titulares. 

Los jóvenes esperábamos entrar al puerto de Veracruz pero continuamos el viaje sin interrupción alguna, inolvidable el haber estado al timón durante las prácticas siempre un ojo a la brújula y otro al horizonte, sentir la suavidad de la mar por las mañanas y su poderoso oleaje por las tardes, la brisa golpear nuestros rostros, por fin cierta noche en horas de madrugada vislumbramos una luz de un faro, que por lo trazado en la carta náutica y de acuerdo a los tiempos registrados y la velocidad del yate se trataba del faro de Tuxpan, que calma cruzar las escolleras, navegar río arriba hasta llegar al muelle, donde dormían otras embarcaciones camaroneras no me di cuenta cómo; pero cuando observé mis compañeros habían desaparecido con rumbo a sus casas por el contrario yo limpié el casco de lo que fue el yate Granma réplica. 

Tuxpan, Ver. 10 de abril de 2016. 

 

- ARTICULO RELACIONADO:  

La réplica del Granma en la Escuela Pesquera de Tuxpan y el viaje a Cuba…

Compartir:

Copyright © Variedades | Powered by Blogger
Design by SimpleWpThemes | Blogger Theme by NewBloggerThemes.com