El Regreso de Migrantes



Carlos Lozano Medrano 

(ICTU)

El día 23 de diciembre en la mañana estando en mi recamara, entra mi hija Mariana me dice si podía acompañar a unas personas, querían conocer la Basílica de Guadalupe, ella iba de salida, tenía que ir a la Universidad Pontificia de México, a Tlalpan, donde da clases, cuando fui al comedor veo a 4 adultos y a una bebé, mi esposa ya los había invitado a almorzar, en pláticas con mi esposa y ellos, me voy enterando que venían de Phoenix en Estados Unidos e iban para Tabasco, en retazos voy armando el rompecabezas.

     Adriana, amiga de mi hija, el año pasado se había ido trabajar a Estados Unidos, como a las 7 de la mañana le llamó a mi hija para que ayudara a unos amigos de ella que estaban en la Central del Norte aquí en la ciudad de México, se habían comunicado con ella, que los apoyara porque su salida para Tabasco era a las 5.30 de la tarde, que ya habían pasado la noche ahí en la Central, les preocupaba la niña. Mi hija fue por ellos y los trajo a la casa. Habían decido regresarse de manera definitiva a México, salieron de Phoenix en una primera etapa hacia Nogales, Sonora, cruzando por Ciudad Juárez, después a Guadalajara y posteriormente a la ciudad de México, en cada lugar esperaban horas a que hubiera salidas y seguir avanzando, ya llevaban dos días viajando, afortunadamente no habían tenido ningún problema con los de Migración mexicana, porque a otros si les habían sacado dinero. Ellos nos comentaron ser de Sánchez Magallanes (Coronel Andrés Sánchez Magallanes). Cuando llegaron a la Central quisieron comprar boletos en el ADO a Cárdenas, Tabasco, de inmediato no había boletos disponibles, quien sabe cómo se dió el diálogo con el vendedor de boletos pero les ofreció boletos a Poza Rica, ellos preguntaron si era rumbo a Cárdenas, el irresponsable o ignorante les dijo que si y compraron cuatro boletos, de alguna manera se dieron cuenta que se alejarían más al norte de su destino y quisieron cancelar los boletos, que no se podían cancelar, insistieron y solo les cancelaron dos y compraron 4 boletos a Cárdenas para más tarde. 

     El grupo estaba integrado por el matrimonio de Amanda, Javier su esposo, la bebé, Leonardo primo de Amanda e Iván un joven de 20 años. Ella comentaba que había conocido a Patricia (yo no entendía quién era) en un hotel donde habían trabajado y como se sentía incomoda donde vivía la había invitado a vivir con ellos, como las rentas son caras, conforme a la costumbre de muchos migrantes en Estados Unidos, se juntan varios y la pagan. Con ellos vivían tres jóvenes más.   

     Javier tenía cuatro años de trabajar en Estados Unidos, parece que dos años después Amanda lo alcanzó, allá nació su bebé, habían dejado en su pueblo tres hijos con sus familiares. Leonardo en su pueblo trabajaba en la pesca alguien les rentaba una lancha y le pagaban un porcentaje de la pesca; al irse a Estados Unidos en su pueblo se quedó su esposa y su hija, allá trabajaba en jardinería, con lo que enviaba ya había comprado un motor fuera de borda. 

     También nos platicaba que pasarse al otro lado había sido toda una odisea, pagaron a un pollero varios miles de pesos, después de cruzar caminaron por  zonas desérticas en diferentes tramos, en alguna ocasión al ver que las camionetas de la Migra se acercaban, corrieron, pero los interceptaron, él se escondió, pero agarraron a Iván el chavo que iba con él, aunque no lo veían, decidió entregarse, los subieron a la camioneta y los llevaron a un lugar, donde les dieron agua, le pidieron varios miles de dólares para dejarlos ir, al final el pollero se entendió con la migra (dando a entender que entre ellos ya se conocen), llegaron a Phoenix. Empezaron a trabajar, cuidaron sus gastos y mandaban dinero a Tabasco. Vivían con la incertidumbre de que los deportaran.

     En las pláticas ubiqué quien era Patricia, era Adriana la amiga de mi hija que se cambió de nombre al buscar trabajo, para que no quedara registrado su nombre real por si la deportaban y después pudiera regresar. Uno de los chavos les causaba problemas porque no siempre aportaba, andaba tomando y drogándose, le pidieron que se fuera. En otra ocasión los otros dos estuvieron tomando, pero parece que ingirieron alguna droga, no se despertaban, durante varias horas estuvieron al pendiente de ellos, hasta que se dieron cuenta que estaban muertos, alguien llamó a los bomberos pero ya no los pudieron resucitar. De la empresa donde trabajaban esos jóvenes si apoyaron y junto con el consulado mexicano los enviaron a México. Esa trágica experiencia los hizo pensar a los demás en regresarse a México. Patricia decidió quedarse porque ya tenía pareja y se iría a vivir con él.


Siguiendo el relato acá en México, a Amanda y Javier mi esposa les ofreció que se bañaran, en los dos días de viaje no lo habían hecho. Bajé y mi cuñada ya les había dado chance a Leonardo y a Iván para hacerlo, les pregunté en qué momento iríamos a la Basílica, que esperaban a Amanda y a Javier, subí y estaban dormidos, esperamos un rato y después nos fuimos caminando a La Villa, entramos por el mercado de La Villa, cruzamos por toda la plaza Mariana, entramos al templo, la Basílica estaba llena, pasamos ante La Virgen de Guadalupe y nos persignamos ante ella, considero que ellos le agradecieron haber llegada a la capital del imperio mexica. Tomábamos fotos. Hago un pequeño paréntesis, en días pasados en su programa sobre las apariciones de la Virgen, Bernardo Barranco comentó que en México somos tan guadalupanos, que hay ateos que se dicen guadalupanos. Continúo, después de este breviario cultural… mientras caminábamos por el Templo del Pocito, Iván me preguntó dónde estaba la fuente donde se arrojaban monedas, no supe decirle cual era, ya no hubo chance de pasar por el otro bello retablo donde hay figuras de indígenas acercándose a La Virgen, salimos por el otro mercado. A Javier que llevaba cargando a la bebé le inquietaba el sol, aunque desde que iniciamos la traía protegida con un pañuelo, constantemente se adelantaba, Amanda lo alcanzó, cuando volteé a Leonardo y a Iván saliendo del mercado los interceptaron unas personas que tenían una mesita con una imagen de La Virgen para ofrecerle algo, les echaron el rollo, le leyeron la mano y le sacaron un billete de cien por sus esotéricos servicios. Pasamos por un lado de la Alcaldía GAM, caminamos a la casa, como ya he comentado vivimos como a 500 metros, Javier llegó cansadísimo, cargó a su bebé ida y vuelta. Ya mi esposa había preparado la comida. Nos invitaron a conocer Sánchez Magallanes, que está entre el mar y la laguna, estaban muy agradecidos con nuestra hospitalidad. 

     Mariana llamó que ya iba en camino, pero el tráfico estaba pesado, había quedado de llevar a los nuevos amigos a la TAPO y continuar su viaje a Cárdenas. Llegaron barriéndose en home, subieron al autobús AU dos minutos antes de la salida. Era llegar a Cárdenas y de ahí tomar otro vehículo para Sánchez Magallanes. Al otro día Amanda avisó que ya estaban felizmente en su tierra, pasarían la Navidad y el Año nuevo con sus familias. ¡Bienvenidos paisanos…les deseamos que les vaya bien…!

     Trump y muchos estadounidenses deberían reconocer que millones de migrantes van a Estados Unidos y con su trabajo crean mucha riqueza.


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