Escribo esto en el día de las elecciones.
Indiferencia, vaticinios de victoria, interés genuino en la democracia, falta de compromiso de la sociedad por votar al azar; votaciones con conciencia, votaciones por el partido, votaciones por el candidato, votaciones por el amigo…de todo un poco en este panorama electoral.
De broma o en serio, me topé con algunos comentarios en redes o verbalmente, de gente que decía: vendo mi voto. Como si fuésemos niños, tomamos la democracia a juego.
Otra parte de la sociedad, con una postura idealista piensa que con uñas y dientes se debe defender al candidato o al partido…y la democracia, bien gracias.
Otro tanto de la sociedad, enojado por el derroche de campaña en panfletos, lonas y más. Otros tantos que desconocen que en ocasiones, los candidatos están atados de manos y sujetos al sistema que hay.
Es una realidad, que no solo la situación política en nuestro país es preocupante. Pero esta es consecuencia de la decadencia de valores, lo cual (no como conformismo) no es propio de México, si no a nivel mundial.
El hartazgo hacia la participación política, va un tanto asomando el conformismo, o que solo nos importemos nosotros mismos. Es decir, “que el mundo ruede si no me afecta a mí”.
“Mientras el gobierno me beneficie, ¡que arda Troya! si a otros sectores les está yendo mal”. Esa mentalidad es la que hace que una sociedad idealista egoísta se vaya quebrando por aquellos vivillos que ocupan el poder y lo cambian por la J.
El cobarde vive, hasta que el valiente quiere. Solo que a veces cuando el valiente por fin quiere hacer algo, piensa que jugar el mismo papel que el otro, es lo ideal. Cuando ese valiente es inmoral, y solo quedó con los brazos cruzados, no por buena persona, sino por estar juntando en un saquito cada cosa… “aguas” es peor cuando esos valientes humillados quieren reclamar.
El panorama político es un reflejo de la base de la sociedad. Es un reflejo de esa sociedad egoísta, de esa sociedad ambiciosa, de esa sociedad sin valores, de esa sociedad para la foto pero la realidad sin producción.
Tomar decisiones, es analizar y evaluar todas las posibilidades, sabiendo cuál es la problemática. ¿Conocemos los problemas de nuestra ciudad, de nuestro Estado, de nuestro país?. Esto es, no solo los problemas personales, si no, preocuparnos por aquellos sectores que quizá son ajenos a nosotros… pero ¿los conocemos?. Si es sí, ya es un gran paso, para no ser indiferentes ni irresponsables, en cuanto al análisis de candidatos y partidos, para así, evaluar y calificar.
Teniendo en claro que ningún candidato es salvador de todo.