Por: Cesia Carrillo Clemente.
Nuestra vida es una constante decisión. Desde levantarse de la cama o no. ¿Qué ropa ponerse?, ¿Qué desayunar?, hasta cosas más difíciles como: ¿Qué carrera escoger y con quién me voy a casar?.
Ciertamente podemos pensar que hay decisiones más trascendentes que otras, pero la realidad es que así sea una decisión pequeña, puede determinar muchas cosas; como quizá dormir a una hora apropiada para despertar temprano y realizar todo sin andar a las carreras, lo cuál nos permitirá llegar puntuales a esa entrevista de trabajo que nos abrirá las puertas a un buen puesto. Sólo porque decidimos dormir bien. Hipotéticamente hablando, muchas veces no sabremos cómo podría cambiar nuestra vida si tan solo hubiéramos decidido comer más sano.
Cada decisión construye. Construye o destruye. Me gusta más pensar que construye, pero si vemos que la construcción no está yendo con muy buena arquitectura, a veces es mejor derrumbar y cambiar cimientos, para realizar una mejor obra. Es decir, tomar mejores decisiones, y algunas podemos llamarles hábitos.
Muchas veces nos enganchamos con decisiones más fuertes. Estamos esperando para estar frente a esas decisiones trascendentes. Sin embargo, en la práctica, sino buscamos llevar una vida ordenada, y nos cuesta trabajo lavarnos los dientes, dormir bien, ordenar nuestra cama, y cositas pequeñas, no esperemos a tomar una decisión un tanto pensada en otros ámbitos más fuertes.
Hay decisiones sí que deben ser muy analizadas. Pero por lo regular solemos a pensar esas cosas “triviales” como te decía: Vivir una vida sana; en cambio tomamos a la ligera de quién enamorarnos porque dejamos atrás la razón, y supuestamente nos dejamos llevar más por las emociones. Estamos un poco alrevesados.
Otra cosa de las decisiones, es dejar que otros lo hagan por nosotros. Repito. Las cosas que más deberíamos tomar nuestro tiempo para decidir se las dejamos a otros. Ya sea a amigos, familia, o hasta los medios de comunicación. Quizá se nos hace más atractivo un artículo de “5 pasos para decidir mejor”, pero cada vida es diferentes, nuestros contextos son distantes, y nuestros enfoques otro tanto. Lo que sí estoy segura, es que si en lo poco no sabemos decidir y ponemos excusas, las decisiones más “gruesas” de la vida, se nos complicará.
Debemos estar consientes que nuestra decisiones construyen, de esta manera conocer que hay consecuencias de cada decisión. Pero mientras tengamos vida tenemos la oportunidad de decidir mejor cada día. ¿Lavarse los dientes o no?. ¿Qué tal si encuentras al amor de tu vida?...
