TUXPAN ♥ M 51.3

Autor: Carlos Lozano Medrano.
                   
I

                            Orgulloso de ser tuxpeño,
Tuxpan: qué bello y limpio es,
de la Huasteca Veracruzana,
su entrada,
La Puerta de Oro es.

                   En el manglar y en el sembradío,
en el verde-amarillo del naranjal,
en donde pasta tranquilo el ganado,
y en donde se recoge la miel,
en el mar, en la laguna,
los esteros, en el río,
en el faro,
en los barcos, los muelles, en las lanchas,
en la escuela, el comercio, el mercado,
el taller, el hotel, en la oficina,   
en la tienda, el restaurante, en la fonda,
en los parques, los taxis y camiones,
en sus cerros, sus colonias, sus ejidos,
en sus cincuenta y una congregaciones
y en todas sus rancherías,
de nacimiento o de corazón,
todos somos tuxpeños,
y tú,
siempre serás mi hermano.

II

                   Orgulloso de ser tuxpeño,
Tuxpan: qué bello y limpio es,
de la Huasteca Veracruzana,
su entrada,
La Puerta de Oro es.

Empiezo mi recorrido:
por el cerro de Juana Moza,
bajo a la Unidad Deportiva y Jardines,
Zapote Gordo y la Rosa María,
el estero y los puentes de Tenechaco,
kilómetros de Boulevard.
Sigo por el Parque Reforma,
y en las refresquerías
con los amigos convivo un rato,
por Mina cruzo el Cerro de San José,
pequeñito el Parque de La Bandera,
el Cerro de la Cubeta,
y por la salida a Tamiahua,
paso también.

Continúo por Fausto Vega Santander,
luego subo al Cerro de San Fernando,
bajando por el callejón,
en Las Palmeras me detengo,
el calor a mitigar,
sólo pequeña presencia el Cerro de la Cruz,
me persigno en Catedral,
el Parque Rodríguez Cano,
el Palacio Municipal,
sigo por la avenida Juárez
pasando por el Mercado,
el Cerro de La Atalaya
y del Alcázar, Hospital.

Camino por La Ribera,
calle Vicente Guerrero,
antaño de la Media Luna;
por la Santa Cruz la Capillita,
y el Colegio del Amor; 
a Santiago de la Peña,
por el Puente Tuxpan avanzo,
Riva Palacio, recuerdo grato,
y por toda la avenida Recreo,
en cada esquina,
de lanchas, sus Pasos.
Cruzo La Nacional
y hasta llegar a La Punta,
el Museo de la Amistad México-Cuba visito,
con la salida del Granma,
de la Historia Mundial,
otro pedacito.

Por  el estero de Palma Sola paso
y luego por La Peñita,
La Victoria y el Parque Pesquero,
dónde  el Astillero,
en mil imágenes funciona,
sigo por Cobos, el Parque Industrial,
de Tumilco su estero
y por último Tabuco,
de nuestro querido Tuxpan,
su primera cuna.

Mis pasos voy desandando,
y al regresar a Santiago,
cruzo nuevamente
nuestro hermoso y verde río,
por el Chiflón, el Vinazco y el Pantepec,
en la Sierra Madre Oriental, formando.

Avanzo por la Independencia,
15 de Septiembre, calle Constitución,
fugaces La Crema y  La Jarochita,
La Privada, La Ceiba y La Calzada.
Acalorado llego ya,
a la Mata de Tampamachoco y la Barra,
a disfrutar, Norte, la playa,
          la calidez de su arena
         y la frescura en los pinos,
                   y luego por la escollera,
                   contento camino.
                     
                    A la distancia,
                    los Bajos de Tuxpan, de Enmedio y Tangüijo,
                    las boyas, los barcos petroleros,
                    las toninas, los tiburoneros y los camaroneros,
                    Playa Azul,
                    de La Termo sus torres,
                    de Galindo su Barra,
                    y el inmenso verde-azul mar,
                    percibo y contemplo, con regocijo.
                     

III
                     
                   Orgulloso de ser tuxpeño,
Tuxpan: qué bello y limpio es,
de la Huasteca Veracruzana,
su entrada,
La Puerta de Oro es.
                  
                    Por comida no paramos:
guatape, de lo que quiera,
trozos de jurel ahumado,
tortas de hueva
y saragalla,
postas fritas de robalo,
que ricos sus camarones,
los ostiones, huachinangos,
sargos, mojarras
y las acamayas.
Exquisita la cecina,
riquísimo queso fresco,
tortillas de maíz hechas a mano,
tocón, mondongo, pichocos, machuco,
jacubes, estrujadas, bocolitos,
piques, tamales y zacahuil.

Y no se me olvida cuñao,
que debo acompañar,
con frijoles negros refritos,
y con ricas entomatadas,
o enchiladas de tomate,
de chile color y verde,
o de chile seco piquín,
y no se diga las especiales,
de semilla de pipián.

Y si en la madrugada tengo antojo,
me acerco con gusto al muelle,
a La Fe, al 303,
que algo apetitoso,
seguro voy a encontrar.
                     
                   
                   
                   Calor y sudor se mezclan,
y si quiero calmar la sed,
agua cristalina y fresca,
zarza o cerveza fría,
y en las refresquerías,
puedo pedir la horchata,
o con mucho hielo raspado,
aguas de variada fruta,
o el exótico timbakey,
o tamarindo con leche,
o el soni sabroso,
lo que guste,
me hará sentir dichoso.

Como naranjas y mandarinas paisano,
piñas, guayabas, papayas,
chicozapotes, plátanos, guayas,
zapotes domingo, anonas,  
mangos, humos o guanábanas,
sandías, caimitos, icacos,
uvas de playa, cocos,
y chalahuites
ricas frutas,
cuando a los amigos invite.

                    Y en la tarde
                    ya sea en casa,
                    en La Fe,
                    o en el Florida,
                    el Reforma
                    o en el Plaza,
                    con los amigos o la familia
                    degusto un cafecito
                    un vaso de leche fría,
                    o cachún de calabaza,
                    con pan de mantequilla o canela,
                    pemoles, chancacudas,
                    alfafores, rodeos o chichimbré,
plátanos de castilla hervidos o fritos
y en sus hojas de maíz,
chámitles calientitos.


IV

                    Orgulloso de ser tuxpeño,
Tuxpan: qué bello y limpio es,
de la Huasteca Veracruzana,
su entrada,
La Puerta de Oro es.

                    Desde la altura de sus cerros,
contemplo su caserío,
por toda la orilla del río,
fluye la vida, las amistades, los corredores,
los caminantes y los amoríos.

Aparte de la fiesta diaria,
Semana Santa, llena la playa,
y el alegre Carnaval
a finales de abril y principio de mayo,
por todo el boulevard;
la Feria, en la segunda de agosto,
allá donde el campo Carmona,
en honor, de María de la Asunción, Virgen,
nuestra Patrona.

Noviembre de Todos los Santos,
con la malinche y el negro,
los versos y la música del violín,
los días previos de Plaza,
donde comprar lo que quiera,
una romería sin fin.
Y los altares en muchas casas,
las ofrendas,
el chocolate, el pan,
el aguardiente, las flores, las naranjas, las veladoras,
y tamales de frijol, de pipián, de calabaza,
por los difuntos niños,
y de carne de cerdo,
por los grandes.

Y nuestra tradición del Niño Perdido,
ilusión: que la sabiduría ilumine al mundo;
y en las casas, en las cercas,
en las bardas, en cada banqueta,
como estrellas en el cielo,
o cocuyos
en la noche,
velas que iluminan,
por millones nuestro pueblo.
Y los niños,
de cajas de zapatos jalan sus carritos,
con sus puertas y sus ventanitas,
encendidas sus fantasías y sus velitas,
y no lo olvides tuxpeño:
donde estés,
con orgullo comparte,
diciembre siete,
tarde-noche,
siempre a las siete.

En Navidad,
los cantos de La Rama,
muy agradecida,
porque en nuestro bello Puerto,
fue bien recibida,
y para terminar el año,
agradeciendo
siempre lo que tengo,
y sin importar cómo me vaya:
nunca me quejo,
con palomas y cuetes,
la quema,
alegre y ruidosa del Viejo.

V

                    Orgulloso de ser tuxpeño,
Tuxpan: qué bello y limpio es,
de la Huasteca Veracruzana,
su entrada,
La Puerta de Oro es.

Nuestros símbolos son: el conejo
y la camiseta verde,
sus hermosas mujeres,
y sus bellos, atardeceres.

Mi identidad es ser huaxteco,
Estado independiente,
un sueño en época lejana,
ahora canto con alegría,
a toda mi linda Huaxteca,
la Queretana,
la Hidalguense, la Poblana,
la Potosina, la Tamaulipeca,
y con el corazón en la mano
y una risa franca en mi boca,
a la nuestra: la Veracruzana.
Quiero hermanarme también,
con todos los Tuxpan,
que en nuestro México hay,
uno en Guerrero está,
otro en Michoacán,
dos están en Jalisco,
otro más en Nayarit
y aquí muy cerquita señores,
claro, con el pueblo de Amatlán.

Siempre con gratitud inmensa,
a quienes a un tuxpeño reciben,
         en: Tijuana, Tampico, Pánuco y Huatusco,
         Ciudad del Carmen, Poza Rica, Reynosa,
         si en Cadereyta, Jalapa, Acapulco,
         en Veracruz, Guadalajara, Monterrey, 
si en Puebla, Minatitlán, Cancún,
Pachuca, Ixtapaluca, Naucalpan, Ecatepec
o México Capital,
buscando con estudio y trabajo
mejorar su presente y su futuro,
cortando limitaciones de tajo.

Finalmente, no importa si vivo lejos,
no importa hasta donde esté,
o si vivo en algún país lejano,
siempre, te llevo en mi mente,
Ciudad y Puerto,
Tuxpan, de Rodríguez Cano.
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