Por: Camilo Hernández.
Una parte muy emotiva de la festividad de “Todos Santos” es la visita a los camposantos para llevar las flores y coronas a los familiares y amigos -que se adelantaron en el viaje sin retorno- en una fecha tan especial.
En el "Día de Muertos" desde temprana hora los panteones Jardín y Galeana, así como el de Santiago de la Peña y de poblados del municipio lucen muy concurridos por tuxpeños que cumpliendo una vez más con la tradición, visitan a sus seres queridos fallecidos, recordando momentos inolvidables que en vida disfrutaron junto a ellos.
El 2 de noviembre es la fecha en el calendario reservada para llevar las coronas, flores, arreglos, veladoras y todo lo necesario para reafirmar el cariño hacia quienes fueron llamados por el Creador al descanso eterno. En gran parte del país las familias acostumbran la visita a los cementerios, es un día de cercanía con los que más amamos y cuya presencia espiritual viaja más allá del sol.
Se hace presente la afluencia de visitantes en los camposantos para hacer la limpieza de las tumbas, y quienes tienen familiares en panteones de concreto los arreglan para la ocasión, acuden a pintarlos y que luzcan lo mejor posible para refrendar la festividad de los “fieles difuntos”.
La costumbre llama a convivir espiritualmente con familiares y amigos que ya no están presentes físicamente; sin embargo, se llevan en la memoria y el corazón por sentimientos que jamás mueren, no son valores fugaces, sino para toda la vida.
“Polvo somos y en polvo nos convertiremos”, versa la frase bíblica. Llegará el día en que nosotros también habremos de partir, tomando el viaje sin retorno; atrás se quedan ilusiones, sueños, y familiares que derraman lágrimas por la ausencia del ser querido.
El “Día de Muertos” regresan a la memoria los decesos de familiares, reviviendo recuerdos inolvidables, y que según la tradición visitan los hogares llegando hasta el altar para consumir la ofrenda.
Hay sentimientos encontrados, por un lado la celebración y por el otro los recuerdos de quienes ya no están físicamente presentes, pero que se guardan en lo profundo del corazón, esa parte es la que nunca muere, el alma y espíritu permanecen vivos como los sentimientos, no así el cuerpo, los restos mortales.
Muchas familias porteñas acostumbran llegar desde la mañana a los cementerios, y permanecer durante el día haciendo limpieza, depositando flores, arreglos y las coronas que son el regalo especial; otras personas acuden un día(s) antes a limpiar y pintar para que todo luzca muy bien y así darles la "bienvenida".
Ahí junto a las tumbas comen los típicos tamales y disfrutan de instantes de reflexión, melancolía, pero también de alegría, extrañando siempre aquellas reuniones familiares, valores inculcados, abrazos, viajes, convivios con los amigos, ocurrencias, bromas, sonrisas, etc.
Hay quienes incluso llevan música de mariachi, algún trío o incluso de banda, según haya sido la preferida de su ser querido.
Los recuerdos y anécdotas vienen a la mente mientras las melodías que alguna vez fueron cantadas en vida con el familiar suenan en todo su esplendor irrumpiendo el acostumbrado silencio que envuelve a los panteones, un día que todo cambia.
Es así como la tradición perdura, al menos en Tuxpan y la Región sigue estando muy arraigada y se vive con gran intensidad en todos los estratos sociales, porque la muerte no respeta posición económica, raza, ni color, todos llevamos el mismo destino final…
*** PRESERVANDO LA TRADICIÓN.- En Tuxpan días de celebración con motivo de la festividad de “Todos Santos” que comenzó con la instalación de la tradicional plaza en céntricas calles de la Ciudad desde el 30 de octubre, y hasta este 2 de noviembre cuando las familias tuxpeñas acuden a los panteones a depositar flores y arreglos en el “Día de Muertos”, los cuales lucen muy concurridos. Antes los altares y las ofrendas con ricos aromas y sabores, llenos de emotivos recuerdos de los seres queridos ausentes físicamente, pero que es justamente estos días cuando regresan sus almas a disfrutar lo que con cariño se les ofrenda en los hogares, siendo un buen momento para volver a convivir con ellos recordando en familia con la música, comida, pan y dulces típicos que les gustaban…
¡Agradezco el favor de su atención!
D.M. Nos saludamos hasta la próxima entrega.
(Fotos: Archivo).