Mientras duermes...



Autor: Prof. Gilberto Tejeda Salazar.


Eres hermosa mientras duermes.
Y en tu bello rostro se refleja el sosiego
de tu alma buena plena de misterio.
Al verte así, tan apacible,
tan indefensa.
El alma me conmueves
y abrazarme quisiera
a tu cuerpo de Diosa.
Mientras duermes,
evoco tus fulgurantes ojos
de aurora primaveral:
vivaces, inquietos…
y de sublime mirada.
Evoco tu radiante sonrisa
de niña traviesa,
preludio inefable
de exorbitante amanecer.
Evoco tus guiños coquetos,
de mujer subyugante,
que aniquilan mi ser.
Evoco tu voz argentina,
plena de matices celestiales,
que hacen que mi alma vibre.
Te veo dormida,
postrada y entregada a tus sueños,
en tu tibio lecho,
con tus agradables formas corporales:
laxas, lánguidas e inamovibles.
Te veo dormir.
Y me enternece verte así;
con tu rostro bellamente angelical,
ausente de las tentaciones mundanas.
Y me enternece verte así;
con tus labios entreabiertos
y la sonrisa perfilada,
cual obertura de un bello sueño.
Y quisiera meterme en tus sueños;
y ser el vigilante de ellos,
para ahuyentar los malsanos.
Quisiera cuidarte
y con mis desvelos;
ser vigilante perenne,
y que nada perturbe,
tu sueño profundo.
Que nada interrumpa tu paz soñadora:
que duermas, sueñes…
amada Niña – Señora.



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