Soy tuxpeño y desde 1986 vivo nuevamente en la ciudad de México. Este sábado 20 fue mi cumpleaños y hoy 22 de febrero Marijose y Sari su mamá llegaron a mi casa y mi pequeña nieta me dió emocionada un libro, era el regalo de mis hijos, Pedro comentó que le pensó que el regalo fuera un libro, les incomoda que siga comprando, su título La Colina de Watership de Richard Adams. Me emocionó volverlo a tener en mis manos.
¿Por qué la emoción se preguntarán? Bueno, aparte del gusto de recibir un regalo, déjenme contárselos:
Siempre cuando encuentro una librería, me acerco y empiezo a ver los títulos o también en lugares donde venden libros usados, durante casi cuarenta años nunca volví a ver ese libro, realmente a decir verdad nunca lo busqué. Algunos saben mi gusto, afición y hasta podría decirse vicio por los libros, tendré unos tres mil y me han sugerido que primero lea todos aquellos libros que no he leído y después siga comprando otros, mi paradigma es que si no se compran en el momento es posible que ya posteriormente no se encuentren, más si son libros usados.
A principio de la década de los ochenta cuando vivíamos en Santiago de la Peña dedicados a la captura de camarón adquirí y leí éste libro, conforme lo hacía, escuchaba un disco Lp de Ferrante & Teicher, uno de los temas era algo relacionado con Superman y me imaginaba que algunas de las canciones podría ser el tema si se hiciera una película sobre los Conejitos.
Fue en el periodo presidencial de don Manuel Pérez Martínez (1979-1982) cuando decidí regalar libros a la Biblioteca Municipal, no sé si ya se llamaba Ángel Saqui del Angel, fueron poco más de 120 libros y entre ellos estaba éste de la Colina de...
Como fue un libro que me gustó, posteriormente me dije que para qué lo había regalado. Tiempo después pensé en releerlo y fui a la Biblioteca, me enteré que se había renovada tanto el mobiliario como todos los libros, el Lic. Jesús Reyes Heroles era Secretario de Educación Pública (1982-1985) y Miguel López Azuara era Director General de Publicaciones y Bibliotecas de la Secretaría de Educación Pública (1983-85), los dos tuxpeños. Los libros anteriores los habían bajado a otro nivel en el mismo edificio, a la persona que me atendió le comenté sobre mi donación y mi deseo de leerlo, en el interior había una escalera, me permitió pasar a esa sección, bajé y durante un buen rato estuve buscando el libro, pero no lo encontré. Un poco decepcionado se lo comenté a la encargada y salí.
Posteriormente en alguna ocasión fui a la Presidencia y vi uno de los libros que doné encima del escritorio de la secretaria del presidente, ya no indagué, solo pensé que si alguien los leía, se cumplía el objetivo de la donación, que les fuera útil a alguien y lo leyeran.
Quinto, un joven y apacible conejo, sufre unas visiones aterradoras sobre el futuro de su madriguera. Convertido en líder, Quinto y sus inseparables compañeros deciden abandonar cuanto conocen para fundar otro hogar. El viaje para encontrar un buen asentamiento donde empezar una nueva vida, así como las aventuras ligadas a los instintos de supervivencia de estos conejos, será el eje de esta inolvidable historia.
Nacida originalmente de un improvisado relato que Richard Adams contó a sus sobrinos durante un largo viaje en coche.
La colina de Watership es un clásico de la literatura contemporáneo traducido a más de 20 idiomas, que ha cautivado la imaginación del público desde su aparición en 1972 y que ha vendido millones de ejemplares en todo el mundo.
<<Impresionante, no se puede dejar de leer>>, The Sunday Times.
<<Esta historia bellísimamente escrita e intensamente conmovedora es la obra de una imaginación extraordinaria>>, The Sunday Telegraf.
<<Fascinante… Maravillosa… Una historia de suspense, búsqueda y épica>>, Chicago Tribune.
Ahora por medio de este libro-regalo, pienso que me llegó algo del pasado y tendré oportunidad de recrearlo en mi presente. Ya empecé a releerlo, después de tantos años está resultando prácticamente una trama como si fuera nueva, ya no la recordaba.
Les comento que cuando lo leí por primera vez no tuve en mente el significado de la palabra Tuxpan, que en náhuatl significa “lugar de conejos”.
