NO rompamos las reglas, #lavartelasmanos...

Por: Cesia Carrillo Clemente.

Qué difícil es seguir reglas. Y más cuando tenemos ese chip incrustado en la mente que: las reglas se hicieron para romperse. Estás de acuerdo que, si algo no tiene razón de ser, ¿para qué existe?.
Sin embargo, por muy contradictorios que seamos con esto de que no nos importan las reglas, todos, de manera personal las tenemos. No nos damos cuenta, quizá. Pero no sería una ¿Regla en mi vida, no seguir las reglas?

Las reglas se hicieron para irnos derechito. ¿Te acuerdas de ese juego de geometría? Creo que las reglas siempre faltaban. En mi caso, mis papás me compraron N cantidad de juegos de geometría, porque o los perdía, o se me rompían. Debo confesar que hablando de este tipo de reglas, no me gusta usarlas. Soy extrañamente repelente a las reglas. Me gusta intentar hacer las líneas “a mano” e intentarlo una y otra vez. Pero, ¿te das cuenta de lo exhausto que es esto, cuando me sería mucho más rápido y fácil entregar un trabajo, si uso la regla?

En la vida, nos evitaríamos de muchos dolores de cabeza, rompimientos de corazón, pérdida de tiempo y más, si seguimos las reglas. No estoy diciendo que no tendríamos problemas, porque aun siguiendo las reglas, no estamos exentos de malos ratos. Pero sería aún peor no seguirlas.

Nos empeñamos en otro dicho: Nadie escarmienta en cabeza ajena. Es totalmente cierto. Pero si nos gusta el raciocinio, si somos sabios, podremos ver y aprender. No medirnos, ni medir a modo de juzgar, sino de aprender para vivir.

Seguir las reglas en cosas simples como #lavartelasmanos nos está costando mucho, y no es la desfachatez, la ignorancia, la comicidad de tomar todo a juego, sino que hay algo más profundo… no nos gusta seguir reglas.

Hoy en día se dice que a los niños no les debes decir NO porque los puedes traumar. Hoy tienes que dar explicaciones. Estoy de acuerdo. Pero la realidad es que no te traumas ni te frustras. Había anteriormente, un cierto sentido de respeto a las autoridades y a los mayores, cuando nos decían NO corras, (por ejemplo). ¿Por qué? Porque sabíamos respetar. Seguir las reglas debe ir de la mano del respeto.

¿Podemos seguir las reglas sin tener respeto? Totalmente. Podemos hacer las cosas de mala gana, e ir hablando entre dientes mientras seguimos las cosas. Pero quiero resaltar, que nunca, se puede tener respeto sin seguir las reglas. Una persona que tiene este valor inculcado y forjado como parte de su identidad, el respeto, será una persona que le guste seguir las reglas y no se dificulta porque comienza con un respeto así mismo.

Aun siguiendo las reglas vamos a tropezar. Ciertas cosas no nos saldrán, porque te quiero poner este panorama. Quizá tú sigues la regla al cruzarte la calle, esperando a que sea el paso del peatón. Y contraste, al volante va una persona que le valen las reglas y que el alto de los vehículos está, y se lo “vuela”. Obvio, ocurre un accidente. Por alguien que no cumplió las reglas. Por alguien egoísta que piensa para sí mismo que las “reglas se hicieron para romperse”. Te imaginas el caos en este mundo, donde cada quien buscamos de manera egoísta hacer lo que bien nos parece, ¿sólo porque todos pensamos que no importan las reglas?. De esta manera nadie tendría el “derecho” de decir: estás bien o estás mal. Todos podríamos justificarnos. Pero a ¿costa de qué? ¿Para qué justificarnos, si nos vale? ¿Para qué enojarse e indignarse si alguien hace algo en nuestra contra, si nosotros caminamos con la bandera que nos valen las reglas?

Podemos hacer conciencia o no. Quizá de la noche a la mañana se nos dificultaría el retomar el camino, porque “perdimos” el juego de geometría, pero nunca es tarde, para ir a la papelería.
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