Por: Camilo Hernández.
“La fe mueve montañas”, razón de sobra para que se desborde la feligresía católica de Tuxpan, participando ahora más que nunca en los festejos de la Morenita del Tepeyac.
Como cada año, primero las peregrinaciones arribando a la Catedral de la Diócesis de Tuxpan para luego dar paso a los festejos en su día, escuchándose a partir de la medianoche el estruendo de los cuetones desde las distintas parroquias donde hacen oración para estar espiritualmente junto a la Guadalupana y felicitarla; en algunas colonias del municipio los rosarios y las mañanitas no pueden faltar, en algunos casos con música de mariachi.
En la Ciudad de México estando ahí la Basílica, la devoción de los peregrinos es inmensa; miles de feligreses desde días antes arriban a la Basílica de Guadalupe cuando se cumple el 492 Aniversario de la aparición de la Virgen en el Cerro del Tepeyac (diciembre de 1531). Con mucha fe, peregrinos de distintas partes del país acuden a cumplir mandas o agradecerle, algunos de rodillas o cargando imágenes religiosas. Arreglando de manera muy original con la imagen de la Virgen de Guadalupe, con muchas flores y globos en una demostración de fe y gratitud.
Y este 12 de diciembre lo acostumbrado en las parroquias es que Lupitas y Lupitos sean participes de los festejos que iniciaron desde días atrás con las peregrinaciones, viviéndose intensamente el fervor guadalupano.
Aquí en Tuxpan los alrededores de la Iglesia Catedral de “Nuestra Señora de la Asunción” lucen muy concurridos en el “Día de la Virgen de Guadalupe”, punto de concentración para que los niños con sus trajes de inditos acuden a recibir la bendición, siendo llevados en su mayoría por las madres de familia.
Unos todavía en brazos hasta los más grandecitos con su vestimenta de Lupitas y Lupitos, en una tradición religiosa recordando la aparición de la Morenita del Tepeyac junto a Juan Diego.
Como ya es costumbre, los fotógrafos colocan escenarios Guadalupanos para tomar la foto del recuerdo entre los pequeñines que en el caso de los niños llevan sus bigotes y patillas pintadas, sin faltar el sombrero de palma, mientras las niñas bien pintaditas y con sus vestidos de manta. (Fotos: Archivo).