No siempre tenemos todo como planeamos o soñamos. En ocasiones puede ser que sea mejor de lo que esperamos, o en otras, un cambio inesperado.
Nos preparamos para un nuevo día, desde la ropa, hasta qué vamos a comer. Qué voy a estudiar, con quién me voy a casar y cosas así, y aún esas, nos aterran, pero hay otras que ciertamente no parece estar bajo el control de nuestro Sí o un No.
Hay cosas que llegan paulatinamente y nos fuimos haciendo a la idea, pero otras, súbitamente.
En mi caso, he tenido días donde mi condición física es un poco de ruleta rusa, sin embargo, tengo una premisa en mi vida: dar gracias a Dios en todo, porque es su voluntad.
Llámame loca, pero es una tremenda bendición.
La masa. Alta y rica en proteína, también puede ser dañina. Pero lo fabuloso de esta, es que podemos hacer con ella mil cosas, y créeme, las mil cosas, saben diferente aún, con los mismos ingredientes.
Gracias a Dios somos huasteca, porque ni hablar; bocoles, estrujadas, picadas y más hay. La pregunta es…¿Tenemos creatividad?
Muchos pudieran ver a la masa como algo menor. Quizá no un ingrediente de alta cocina, (aunque su precio va a la alza, pero esa es otra historia), pero puedes crear, inventar y disfrutar, así sea de una tortilla con sal, hasta usarla para tamal.
Si la vida te da masa…has enchiladas o estrujadas, pero haz algo.