Esa noche, según los estudios, fue muy fría y probablemente, aunque no lo creas, los fenómenos meteorológicos arrojan que la nieve e Israel, no son una locura, hay registros de que ha nevado.
El punto al que quiero llegar, es que la imagen que se nos viene a la mente, al escuchar ‘Navidad’ es muy hollywoodense. La nieve, villancicos en las calles, luces, y por supuesto el personaje de Santa Claus.
La idea me gusta como para “pasar el tiempo”, pero vaya que analizo que el Grinch no es el quien se quiere robar la Navidad, más bien es Hollywood y toda la industria mediática.
Hagamos esta analogía:
• Si los estudios meteorológicos arrojan que en Israel sí puede caer nieve, o al menos en la zona de Belén estar a menos tantos grados, eso no es un “fairy tale”, no se trata de el casi “monopolio” estadunidense del clima navideño.
• Los villancicos o cantatas navideñas que andan en las calles en esta época, surge de las alabanzas que daban los ángeles, según el relato en el Evangelio de Lucas: Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz para con los hombres (esto es Cristo).
No se trata de un guión ocurrente.
• Las luces son un adorno maravilloso. A todos nos hace sonreír un bello adorno con luces qué tal cual si fuéramos mosquitos, nos quedamos embelesados ante el brillo.
Me pongo a imaginar que esa noche, con una estrella tan especial, el brillo en el cielo era muy particular. Obvio la energía eléctrica no era descubierta aún, el foco no había sido inventando, pero sin duda, la celebración de esa noche de luces, no salió de un guión.
• Creo que si hubiera un concurso de “100 humanos dijeron” -¿Palabra que se te viene a la mente al pensar en Navidad? – todos (creyendo o no) diríamos entre las principales, Santa Claus.
Es un personaje emblemático y mediático que potencializó una marca pero que es un vivo reflejo de la sociedad y el vacío o anhelo que hay en nuestro corazón.
El anhelo de que le importemos a alguien, de ser retribuídos, del amor, del asombro a lo sobrenatural, de que nos salven de esas crisis y traiga alegría, etcétera…pero eso es: un personaje.
Cristo era esa Persona (no personaje) pero vaya, que no hay punto de comparación. El libro más traducido y vendido, la Biblia, menciona que Él es:
Admirable consejero, Dios fuerte, Padre Eterno, Príncipe de paz, Emanuel (que traducido es Dios con nosotros).
Su preexistencia marca una rotunda diferencia. Su permanencia no solo para un día, si no todos los días, marca una diferencia; su eternidad, marca obvio, una rotunda diferencia.
Sin duda no es una imagen de una marca ni salido de un guión.
Sin duda como decimos: la magia de la Navidad es una de las celebraciones más populares, pero todo eso se vuelve irrelevante, y pequeño, a lo glorioso que es recordar el motivo y el verdadero nacimiento.