Un día más a ayer. Al día que se promulgó como Día del trabajo. Quiero enfocar esta reflexión precisamente al trabajo. Después de trabajar ¿qué?.
Un día más del día de trabajo, y la lucha sigue. Para nuestras familias, para contribuí a la empresa o lugar de trabajo, para cumplir metas y desarrollarnos como profesionales. Un día más…y a seguir trabajando.
El más grande de los sabios decía: vanidad de vanidades, todo es vanidad. Contaba que había reflexionado sobre este asunto del trabajo, y se dio cuenta, que a veces la vida “no parece justa”, había quienes no trabajaban y tenían, y otros que su vida ahí se perdía, y al final del camino, nada, nada disfrutaban.
Seamos sinceros con nosotros mismos. Es una realidad, que el que no trabaja no come. Pero cuando nuestra directriz cambia, el trabajo a veces se vuelve una competencia insana, un éxito impuesto por la sociedad, un escape de la realidad, un pretexto de amar, una ambición, un amor al dinero y mucho más.
Trabajar no debe ser trabajoso. Es cierto, hay días que no quisiéramos levantarnos, pero a ¿qué me refiero? Trabajar no debe ser trabajoso, si a diario somos agradecidos por lo que tenemos y estamos contentos, y agradecemos por el trabajo, otra cosa sería.
Ahora, sé que lo impuesto por la sociedad de trabajar en lo que tú quieres, a veces se vuelve una frustración, pues la realidad es testigo, que muchas ocasiones debimos empezar o continuamos en cosas que no queríamos, de decir, que hasta quizá para lo que no estudié. Pero vuelvo a la gratitud, otro cantar sería, si tan solo por lo que tenemos damos gracias.
Sí, se pueden alcanzar metas, debemos seguir luchando por ellas, pero eso es otro trabajo, y de nosotros depende no desistir, aunque también depende comprender y estar contentos, crear ambiente, ya sea en una pequeña oficina o donde estemos, con una finalidad de transmitir algo bueno, dar excelentes servicios, tener calidad humana, porque en nuestro trabajo… ahí se nota cuáles son nuestros valores. Cualquier trabajo honrado, se aplaude, porque desde nuestras trincheras marcamos la diferencia. Todos somos un engrane de algo mucho mayor.
