Por: Cesia Carrillo Clemente.
No podemos vivir en el pasado. Tampoco debemos añorarlo u odiarlo. Simplemente fue.
Sí podemos darle un vistazo, pero…¿para qué?. Para aprender. Para aprender de las buenas cosas y mejorarlas, y de aquellos desaciertos, tener un croquis de lo que nos condujo a equivocarnos. No se trata de echar culpas sobre generaciones pasadas.
El vistazo al pasado se trata de comparar nuestras acciones en el presente, porque éste será sin duda, lo que mañana celebraremos o nos arrepentiremos.
Vivamos el presente, comprendiendo que lo que hay ahora es producto de lo de ayer. Y si algo no funcionó, dejemos la terquedad del “Así soy” y cambiarlo en el hoy, por el “puedo mejorar”.
Echar un vistazo al pasado quizá nos hará añorar, o querer huir, tengamos por seguros, que ninguna de las dos es posible.
Ya nada se puede cambiar; sin embargo, es posible construir un próximo futuro-pasado y así al echar un vistazo al pasado mañana, estemos orgullosos de lo que ahora somos y sin duda tampoco viviremos de glorias pasadas, pero sí podremos compartir y aprender nuevamente para mejorar en el futuro lejano.