Por: Carlos Lozano Medrano
A mis paisanos tuxpeños les comento que al vivir en la Ciudad de México no puedo participar con mi voto allá en Tuxpan, pero si dar mi opinión. No soy experto pero el solo hecho de ser ciudadano me da el derecho y la obligación moral de hacerlo.
Es importante la participación ciudadana. Muchos están decepcionados con la política y los políticos. Muchos dedicados a sus actividades diarias dicen que la política no les afecta o no les interesa, pero si analizamos un poco, un mal gobernante afecta nuestra vida cotidiana al no tener los servicios públicos necesarios o suficientes o si desvía recursos, se fomenta la corrupción que a todos nos daña. O un congresista aprobando leyes que ignorábamos que lo iba a hacer, siguiendo consignas partidistas con las que no estamos de acuerdo, solo consideramos que son gestores de obra pública, pero su labor más importante es crear leyes, que regirán en nuestra vida cotidiana, y como dice la sabiduría popular, a palo dado adiós loquita. Agregar o modificar la Constitución puede significar mucho trabajo en el Congreso de la Unión y en los Congresos de los Estados, preferible que antes el ciudadanos esté pendiente de los temas que le interesan, e incluso durante las campañas le preguntemos que proyectos de leyes piensa proponer o apoyar, de otra manera les estamos dando carta blanca para que impongan ideologías que no queremos, como la famosa ideología de género que está destruyendo a la sociedad.
Toda familia, todo grupo y toda institución tienen sus reglas y normas. En los partidos políticos se maneja la famosa lealtad partidista, que se ha usado para manipular a sus miembros, se impone una disciplina que impide opinar, participar al interior, quieren puros incondicionales que genera que las élites y sus cómplices se repartan el pastel a conveniencia y creando el ambiente para que desde las cúpulas nacionales o estatales se mande línea e impongan candidatos. No se debe permitir, se requiere que el miembro activo participe opinando, dándoles su apoyo a aquellos posibles precandidatos que consideren que pueden desempeñarse bien, siempre con el riesgo que después enseñen el cobre o las uñas. En el caso de Tuxpan ya tiene semanas que varios ciudadanos aspiren a ser precandidatos, la lista empieza a aumentar, todos se quieren sacrificar por el pueblo, unos ya conocidos y otros no tanto. Es necesario que ya se empiece a comentar abiertamente las cualidades, capacidades, experiencias de los posibles.
(POLITICA 03 ICTU * julio-2020).