Por: Cesia Carrillo Clemente.
Sentirse triste, no es lo mismo que ser una persona triste.
Las emociones juegan un papel muy importante en nuestra humanidad. De hecho, son parte de la gracia de ser seres humanos. Sin embargo, las emociones pueden modificar nuestra personalidad.
En otros escritos he resaltado que las emociones, emociones son. No se dividen en positivas o negativas. Pues aun cuando la alegría es catalogada como positiva, si dejamos que en la toma de decisiones sea ésta nuestra consejera, quizá “metamos la pata”.
Debemos aprender a manejar las emociones y no que éstas nos manejen. Manejar las emociones nos ayuda a comprender que estas son solo de paso, y que nos benefician. Que son parte de la comunicación humana y del crecimiento llamado madurez. Además, de ser una respuesta ante las circunstancias.
Cuando las emociones nos manejan, se convierten parte de nosotros, y pasamos de sentir a ser. Es decir, por ejemplo, no solo sentir tristeza, sino pasamos a ser personas tristes. Cuando las emociones nos manejan, vemos a través de ellas, planemos, decidimos, pensamos a través de ellas.
¿Qué podemos hacer al respecto de nuestras emociones?Pienso… luego soy. Pero recordemos…soy lo que pienso.
*Identificarlas. En esto no sólo el saber qué sentimos sino el por qué.
*No mitigarlas. Vivimos en una sociedad donde las caretas hacen que nosotros mismos frustremos nuestras emociones y corremos el riesgo de volvernos “fríos”.
*Dar el tiempo necesario: Recordemos, solo lo necesario. No más, no menos.
*No tomemos decisiones con base a las emociones: Sea cual sea la emoción.
*Aprendamos de ellas: Recordemos que son momentáneas, pero podemos aprender de ellas. Con base a nuestra personalidad, afirmar y escoger lo mejor.