El que se queja pierde...

Por: Cesia Carrillo Clemente.
Hay toda clase de pensamientos positivos transmitidos en las redes sociales, pero también es un medio para desahogarnos y hay toda clase de quejas. Hay quejas que nos unifican, y a través de memes (una forma más “alivianada” de expresarlas), decimos cómo nos sentimos por esta situación global. El covid-19. Uff, una lista enorme de cosas que dejamos por causa de esto.

Queja #1 No podemos salir.
Queja #2 No salí de vacaciones
Queja #3 Maestros: Estamos hartos de las preguntas obvias de los alumnos y de la falta de compromiso por tareas
Queja #4: Papás: Esos maestros se pasan, quieren que les hagamos su trabajo
Queja #5: Alumnos: No tengo vida. Me la paso todo el día haciendo tareas. Ya quiero salir.
Queja…queja, queja.
Es normal y necesario desahogarse. Pero evitemos ese bache. Evitemos quedarnos en el pozo de la queja porque eso no funciona para nuestra mente. Nuestra mente tiene la facultad de crear ideas, pensamientos, de entender, y esto a su vez determina nuestras acciones. Entre más nos quejemos, nuestras acciones serán sin sabor.

¿Has escuchado alguna vez esa frase de las abuelitas que dice: El flojo y el mezquino, dos veces anda
el mismo camino?. Creo que ese principio “abuelezco” aplica también para la queja. Si vamos enojados para hacer lo que nos corresponde, siempre nos costará más trabajo, tanto, que aunque lo concluyamos, nunca tendremos, ni una pizca de satisfacción, porque nuestro ego se verá afectado, y traerá distorsión. ¿A qué me refiero?. El principio de toda queja nace en el: Vístima

“Yo soy el pobrecito, la pobrecita, y todos los demás no ven mi esfuerzo”.
El segundo punto de la queja es la falta de empatía:

No me importa si mi alumno no tenga Internet, me debe enviar la tarea, sino lo repruebo. Yo me estoy fletando con las planeaciones y los zooms.

El tercer punto de la queja es la negatividad. Es decir, no tener la capacidad de ver los puntos buenos.

No hablo de distorsión de la realidad, sino poner en la balanza más peso, para el lado de la queja.

Sí, es difícil. La vida está cambiando. Creo que es una virtud. El dinamismo de la vida. Pero es nuestra responsabilidad, si queremos sobrevivir a un nuevo ritmo de vida, o queremos quedarnos en el pozo de la queja y perder. Porque el que se queja….pierde.
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