Por: Jesús Alberto Rubio.
Como se lo adelanté, hoy corresponde compartirle la excelente trayectoria de Sergio “Plomo” Valenzuela Méndez, otro de los grandes peloteros surgidos en la catera hermosillense como legado de la formidable familia/dinastía de los “chulys” de tanta historia en este deporte.
Con Sergio me tocó jugar en los años 80 --ya en categoría de veteranos-- y verá la clase de poder que tenía con su bat y junto con Javier (“Javierón” González, otro poderoso toletero nativo de El Torreón, que si hacían un formidable 1-2 a la ofensiva del equipo.
No olvido que estar en el line up detrás de ellos, ni me pregunte si agarraba cansados a los lanzadores, de modo que no había de otra más que darle con fervor a blanquita.
Vamos entonces a la narrativa enviada a nuestro Al Bat por los compañeros Francisco “Chico” León y Pedro Arturo Arvizu, coordinadores en el WhatsApp del Grupo Barrio Deportivo Reforma sobre Sergio.
“Sergio Valenzuela forma parte de la generación de los más jóvenes del Barrio de La Reforma; proviene de una familia 100 % beisbolera, desde su papá Don Rodolfo "Chuly" Valenzuela (+), que jugó con los Naranjeros de Hermosillo en la Liga de la Costa del Pacífico.
Qué decir de sus hermanos Rodolfo Jr. (+), Marco Antonio (+), Francisco "Chitón", además de su hijo, el pitcher Sergio Valenzuela Estrada, quien militó en sucursales de Bravos de Atlanta y Rojos de Cincinnati, así también Guerreros de Oaxaca, Venados de Mazatlán y Naranjeros de Hermosillo.
También su sobrino Omar, hijo de Marco, otro gran pelotero.
Sergio siempre se caracterizó por ser un pelotero serio, con un tremendo poder en las muñecas y un excelente brazo.
Se inició como tercera base y short stop, luego en los jardines y después como primera base.
Militó en aquel glorioso equipo Azulejos y Sanitarios de 1974 dirigido por José Luis "Brujo" Valenzuela Tolano (+), que ganó el título de la Liga de Primera Fuerza Especial, al equipo Editora Deportiva dirigido por Marco Antonio Manzo y el coach Cutberto González (+), jornada inolvidable que se jugó en el Estadio “El Coloso del Choyal”, nombrado dos años después Héctor Espino.
En 1976 participó en el Equipo Naranjeritos de Hermosillo bajo el mando de Jorge "El Payo" Rubio (+), teniendo como coach a Manuel Martínez León (+), en la Liga experimental de Verano, en la cual cada equipo de la Liga Mexicana del Pacífico tenía un representante.
También jugaron en ese equipo talentos locales como como un héroe de Naranjeros de Hermosillo y Leones de Yucatán, Raymundo Torres (+), Salón de la Fama del Beisbol Mexicano; Carlos Alcantar, Jesús "Chuyina" Martínez, Francisco "Panchito" Grijalva, entre otros.
En 1977, a Sergio lo firmaron los Petroleros de Poza Rica, que lo enviaron a su sucursal Jalpa de Méndez en la Liga Tabasqueña. En ese circuito también jugaba con otro equipo un gran prospecto hermosillense, Francisco "Guero" Cano (+).
Sin embargo, Sergio declinó seguir en esa franquicia por una oferta de trabajo en la empresa Pemex de nuestra capital sonorense aquí de Hermosillo, donde continuó jugando para esa empresa y varias ligas, alternando el beisbol y softbol, participando en 12 campeonatos nacionales.
También en su etapa juvenil representó a Sonora en beisbol en la Ciudad de México.
Jugó en las Ligas locales de Primera Fuerza y abiertas, como La Manga, Palo Verde, San Benito, Ranchito, Municipal, con equipos como Club Deportivo Reforma, Azulejos y Sanitarios, Pemex, Club Unidos por El Deporte, Eléctrica Lux y otros.
Asimismo, vio acción en ligas de veteranos, con Eléctrica Romero, de Esteban "Choro" Terán, donde conquistó algunos campeonatos de jonrones y producidas.
En una ocasión ganó la triple corona de bateo.
Por sus notables registros, ese circuito lo honró poniéndole su nombre a una temporada.
Sergio se retiró del beisbol en el año 2005”.
Eso es.
Un servidor, con seguridad, puedo afirmar que el gran “Plomo” Valenzuela tuvo en su tiempo facultades y capacidad a toda prueba para establecerse brillar en la pelota profesional mexicana y quizá haber tenido oportunidad de ser invitado por alguna franquicia del beisbol de Ligas Mayores.
Así de grande era Sergio.
Y, también, como suelo decirlo: para él, mis respetos y admiración en el ayer, el ahora y siempre.