Por Jesús Alberto Rubio
Resulta importante recordar que el Recinto Sagrado de nuestra pelota profesional nacional --con sede en Monterrey--, ya estableció y nombró hace unos años de manera oficial como Cunas del beisbol en México a Matamoros, Guaymas, Mazatlán, Nuevo Laredo, Piedras Negras, Torreón, Chihuahua, Ensenada, Yucatán, San Juan Cadereyta, Nuevo León, Ciudad de México y Veracruz.
Lo hizo de manera general haciendo referencia directa a aquellos sitios del país donde por vez primera se jugó beisbol tanto de forma informal como formal, como ocurrió en Matamoros, Tamaulipas.
En relación al beisbol informal, el Templo Sagrado dio valor a aquellos hechos históricos en que los miembros de la tripulación de barcos mercantes y de la Naval e incluso del ferrocarril y la industria petrolera estadounidense e inglesa (Veracruz 1903) bajaban a tierra firme para practicar o divertirse con ese juego (ejemplo los famosos “gato palos”) ante la admiración de los pobladores que por vez primera vez veían ese tipo de deporte desconocido para ellos.
Beisbol en Matamoros
César González Gómez, historiador de beisbol realizó sobre el tema una investigación contemporánea que nos vislumbró un nuevo escenario como el origen del beisbol mexicano sorprendiéndonos que Matamoros, Tamaulipas, tiene registrado un juego de béisbol organizado (formal) entre un equipo mexicano, El Union Base Ball Club, y el Club de Brownsville, Texas, un hecho que ocurrió en 1869.
Esa fecha, podría ser la más remota en los orígenes de este deporte en México.
En su trabajo reveló que el mismo Unión Base Ball Club cruzaba la frontera desde Matamoros a Brownsville para jugar en los campos del Fuerte Brown, una importante guarnición militar texana.
Justamente dicho Fuerte/guarnición militar estaba a unos metros del cruce internacional al grado de que una porción de los vastos campos usados entonces para jugar es hoy parte de la garita de inmigración americana.
En Guaymas…
En su documento el colega también precisó que desde 1867 se tienen evidencias de que estudiantes de Guaymas en Santa Clara Collegue, California (cerca de San Francisco) jugaban pelota y en su retorno lo más seguro es que ponían en práctica el juego de béisbol (informal).
Ello marca por supuesto una evidencia todavía más remota que echa por tierra aquello del famoso buque Montana, que no era militar, sino comercial, de pasaje y carga postal.
En su investigación César González encontró que después de que el historiador Miguel S. Durazo en su obra El Beisbol en Sonora publicó que en mayo de 1877 “del Montana bajaron sus marines a echarse un juego de pelota en la Plaza de las Carretas”, afirmó que lo cierto es que esa nave ya dormía el sueño eterno en la bahía de Guaymas al incendiarse y hundirse tres meses antes.
Esa plaza estaba ubicada sobre lo que fue la Cárcel de Guaymas (“de la 15”), actualmente un Museo Histórico), donde precisamente de acuerdo a la versión difundida por Miguel S. Durazo.
La pata de palo de Santana
En este devenir sobre los orígenes del beisbol en México (formal e informal), hay otra evidencia, aunque muy sui géneris:
Ese tema lo expuse como ponente hace años en una convención nacional de beisbol celebrado en la Universidad Iberoamericana, en la capital del país, causando cierto asombro entre los colegas presentes.
Y es que dije que la pierna de palo (prótesis) del general Antonio López de Santana sirvió como bat para jugar al béisbol entre los soldados gringos que derrotaron a las fuerzas mexicanas en la batalla de Cerro Gordo (cerca de Xalapa) en 1847.
Obviamente estamos de un beisbol informal, totalmente, pero que de alguna manera es otro indicio de los orígenes del béisbol en México.
Los albores en la Ciudad de México
Los albores del beisbol de las primeras dos décadas del siglo 20 en la capital de México nos señalan un legado en el tiempo de enorme valor, etapa en la que se formó la Asociación Mexicana de Base Ball integrada por los equipos “Colegio Inglés”, “México”, “Tacubaya”, “Olímpico”, “Colonia”, “Reforma”, “Athletic”, entre otros.
El “México” iba a ser campeón de los torneos de 1905 y1906 adjudicándose los trofeos donados por un periódico capitalino. En aquellos postreros años jugaban en verano e invierno y los campos donde se veía acción eran los de Chapultepec, el Unión, y entre otros, en los colegios de Agricultura y Mascarones.
Por supuesto, en medida que había más equipos y jugadores, crecía el interés del público metropolitano por este deporte.
Aquel béisbol se practicó con gran entusiasmo en el puerto de Veracruz, donde se fundó en 1903 el Club Águila, equipo que por años fue el mejor de localidad.
Ese hecho ocurrió con empresas petroleras inglesas y de EU que promovieron entre sus empleados de casas comerciales el beisbol, consiguiendo que se estableciera de manera formal un 16 de septiembre de 1903, en el que se jugó el primer partido oficial entre los equipos Juárez y Águila, con resultado final de 41 carreras a 9, siendo el triunfo para el equipo Veracruz.
También la Península de Yucatán conoció pronto este deporte debido a su proximidad con Cuba donde ya jugaban al béisbol. Además, las giras que conjuntos profesionales cubanos realizaban por la región contribuyeron a que el beisbol comenzara a practicarse con gran fuerza.
En 1905 tuvo lugar en la Ciudad de México un campeonato entre los equipos de Parral, Chihuahua, Torreón y Monterrey, con un premio de 500 pesos para el vencedor.
A partir de ese año las temporadas de beisbol se volvieron muy animadas y ya para entonces se había formado algunas ligas de béisbol: la Liga de Verano, integrada por aficionados, y la Asociación Mexicana de Beisbol, constituida por semiprofesionales.
El México fue el primer campeón de esta liga de la temporada 1904-1905 y también resultó vencedor. En 1907, El Récord resultó campeón y se hizo acreedor a la tradicional Copa de Plata donada por un periódico capitalino.
En 1907 fue una fecha muy especial e histórica: Los Medias Blancas de Chicago se convirtieron en el primer equipo de Ligas Mayores en jugar en la ciudad de México luego de coronarse en la Serie Mundial de 1906 frente a los Cachorros en lo que fue el primer clásico otoñal en una misma ciudad. El partido se escenificó en el Parque Reforma Athletic club el viernes 15 de marzo, correspondiéndole a Chicago la victoria al son de 14-4.