Amor en el béisbol...



 Al Bat

Por: Jesús Alberto Rubio.

Hoy, Día del Amor o el Día de la Amistad, como usted desee llamar a tan significativa fecha.

Sí: 14 de Febrero, un Día especial; sinónimo de atesorar, amar y tener pasión…¡y también por el béisbol.!

¿Por dónde empezamos…?

Ah, ya se:

Mire, quizá el más amoroso pelotero de la historia del béisbol profesional se llamó Joe DiMaggio:

Bastaron 274 días de matrimonio con la hermosa rubia dorada para profesarle un amor y amistad que se extendió por muchos años después de su separación.

Prueba de ello fue que cuando murió Marilyn, el gran “Clipper”envió a su cripta durante un lapso de 20 años  --en el Westwod Memorial Park de Los Angeles--, un ramo de media docena de rosas rojas  tres veces a la semana.

Joe, nunca se casó de nuevo y cuando murió en 1999, sus últimas palabras fueron: "por fin voy a llegar a ver a Marilyn".

¿Sabe usted cuál fue la causa de la ruptura de Marilyn Monroe y Joe DiMaggio en su relación matrimonial?

Veamos intimidades:

Acá entre nos, que conste:

El toque final entre ambos, verá, fue una llamada telefónica:

Joe esperaba el regreso de Marilyn en su casa de Hampshire, cuando el timbre del teléfono interrumpió sus nerviosos pasos por la habitación…

Enseguida, al levantar el auricular, se entabló el siguiente dialogo sin identificación previa del interlocutor:

– Dígame Joe ¿tendría usted inconveniente en que llevara a Marilyn a comer y después a ver un show?

– Usted está loco; hágame el favor de decirle a mi esposa que deseo hablar con ella inmediatamente.

DiMaggio, con su carácter más agrio de la cuenta y con su famosa úlcera en plena erupción, gritó más que habló y quedó sellada en ese instante la disolución del vínculo que ya le estaba atando demasiado.

Pocos días después, Marilyn anunciaba a los periodistas que entre ella y el famoso atleta que tanta gloria cosechara enfundado en la franela de los Yankees de New York, no había absolutamente nada…

Nada podía existir porque el carácter violento y la educación pretérita ya de su esposo, eran irresistibles…

DiMaggio no dio declaraciones…esperó pacientemente el fallo de los jueces y embarcó para Italia a contribuir a la construcción de una ciudad para niños pobres…

Pero antes de soltar las amarras, es probable que con el dolor metido en las entrañas le haya confesado a uno de sus íntimos amigos que no estaba dispuesto a aceptar un bate emergente y mucho menos a volver integrar un trío.

Sí, como en aquellos tiempos en que patrullaba el piélago inmenso del jardín central de Yankee Stadium, teniendo a sus lados a hombres tan famosos como Charles Keller y Tommy Henrich…

El tórrido romance

Cierto es que Marilyn Monroe y Joe DiMaggio vivieron un tórrido romance tal cual hubieran jugado un frenético partido de béisbol porque curiosamente, sólo estarían juntos… ¡9 meses!

Y que si hicieron historia la diosa rubia y el “Clipper” de los Yankees de Nueva York.

La historia del inicio de su romance nos cuenta de que mientras un juez le negaba a su ex esposa Dorothy la petición de más ayuda económica de parte de DiMaggio, en otro juzgado del mismo edificio aplicaban una sanción por infracción a las leyes de tránsito a.... Marilyn Monroe.

Fue ese mismo momento en que dos estrellas, dos celebridades, había coincidido y como de rayo de luz incesante, Joe, el gran ídolo de millones de aficionados al béisbol, se había enamorado de la bella rubia… y empezó la corte amorosa.

Se sabe que ella soñaba con alguien que la quisiera, le hablara de amor y llenara de atenciones y halagos. Y por supuesto que DiMaggio, todo un caballero, le hizo sentir todo eso, por lo que Marilyn se enamoró, posiblemente por primera vez.

Así, el 14 de enero de 1954 se casarían casi en privado el más famoso jugador de pelota y la más famosa y sensual estrella del espectáculo e irse enamorados de luna de miel a Japón con las cámaras de televisión encima, con todo y que por su timidez e incomodidad ante la fama, Joe buscaba la privacidad.

Ahora bien, pregúnteme si no afloró la envidia de millones al casarse con la famosa estrella.

Se habían unido dos verdaderos e idolatrados íconos de la vida estadounidense.

Simbolizaba el orgullo Yankee

En esos días, junto con otros peloteros de Ligas Mayores, Joe visitó en hospitales y en Vietnam a los soldados heridos para saludarlos, darles ánimos y desearles su recuperación, recordando sus días en Corea.

Daba gran alivio su presencia, ya que, después de todo, simbolizaba el orgullo Yankee.

Una ocasión, Marilyn Monroe, quien también visitaba a las tropas estadounidenses para entretenerlos con su canto, encanto y presencia, le preguntó si sabía lo que se sentía estar frente a unas 50 mil personas, a lo que le contestó... “Sí, sí lo sé”.

Sin embargo, el matrimonio no iba a durar mucho tiempo.

Para empezar, le disgustaba verla en papeles demasiado atrevidos y sexuales y aun cuando aceptaba que fuera actriz, tenía una pobre opinión de la industria del celuloide porque sentía que la explotaba.

Joe DiMaggio, como buen latino, no comulgaba con aquello de que todos los hombres compartieran las cualidades físicas de su mujer. Odiaba que tuviera que exhibirse. Sentía que la veían con deseo.

Y... no era para menos.

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