Autor: Prof. Gilberto Tejeda Salazar.
En esta ciudad, en este mundo,
hay alguien que te ama;
alguien que sigue tus pasos,
que disfruta tu alegre risa.
Alguien que escucha embelesado
el fino timbre de tu voz.
Toda tú me gustas:
esa mirada profunda
anhelante de amor y cariño,
esos tus lindos ojos,
estrellas en momentos de alegría,
en instantes de tristeza, lluvia.
Todo tu bello rostro, sinónimo de vida
limpia y pura,
y esa tersa piel unida a tu frágil cuerpo;
tu boca, tu aroma, tan cercanos;
pero al mismo tiempo tan lejanos.
Nuestras vidas corren paralelamente
sin llegarse a entrelazar.
Aunque seas de otro
te seguiré amando...permíteme hacerlo...
y cada vez que puedas,
déjame estar a tu lado.
Guárdame este secreto; pero,
ante todo, ten presente que:
Alguien,
en esta ciudad,
en este mundo,
alguien,
piensa en ti
y te está amando.
hay alguien que te ama;
alguien que sigue tus pasos,
que disfruta tu alegre risa.
Alguien que escucha embelesado
el fino timbre de tu voz.
Toda tú me gustas:
esa mirada profunda
anhelante de amor y cariño,
esos tus lindos ojos,
estrellas en momentos de alegría,
en instantes de tristeza, lluvia.
Todo tu bello rostro, sinónimo de vida
limpia y pura,
y esa tersa piel unida a tu frágil cuerpo;
tu boca, tu aroma, tan cercanos;
pero al mismo tiempo tan lejanos.
Nuestras vidas corren paralelamente
sin llegarse a entrelazar.
Aunque seas de otro
te seguiré amando...permíteme hacerlo...
y cada vez que puedas,
déjame estar a tu lado.
Guárdame este secreto; pero,
ante todo, ten presente que:
Alguien,
en esta ciudad,
en este mundo,
alguien,
piensa en ti
y te está amando.