La ausencia.
La ausencia es inmaterial, es nada, es nadie…
La ausencia por sí sola no se siente,
no interesa…
Hay ausencias que laceran, lastimeras,
lisonjeras…
Hay ausencias anestesiadas, sepultadas…
Para que exista la ausencia, de manera previa
debe existir la presencia.
La presencia se siente…
La presencia se impregna,
se inhala de los presentes,
de los que estuvieron,
de los que dejaron sus gestos,
sus risas, sus cantos, sus carcajadas, sus enfados:
¿Por qué no?
La ausencia se hermana de la presencia
por lo vivido y lo vívido del momento.
La ausencia de los que estuvieron
y se fueron,
dejan en mi un vacío que yo creía lleno,
olvidado e irrecuperable.
Se fueron, se fueron ellos, ellos…
Los olvidados;
pero ahora recuperados.
Los insoñables que, me hicieron soñar antes de su llegada.
Siento su ausencia…
una ausencia que me place.
Siento su ausencia…
porque disfruté, su presencia.
La Ausencia después de la Presencia
Autor: Prof. Gilberto Tejeda Salazar.