El Altar Huasteco

VARIEDADES 

Por: Camilo Hernández. 

Octubre 30 es la fecha en la que se elaboran los altares en los hogares porteños con varas, palmilla, flores de muerto y mano de león que son adquiridos en la plaza mayor instalada en calles aledañas a la Iglesia Catedral de "Nuestra Señora de la Asunción", en el marco de la festividad pagano-religiosa de rendirle culto a los muertos.

Durante Todos Santos se ofrendan naranjas, conservas, tamales, mole, pan, chocolate y otras bebidas que agradaban a los fieles difuntos. 

El 31 de octubre es la ofrenda para los niños y el primero de noviembre para los grandes.
De acuerdo a información recabada, el altar típico de la Región es el “Huasteco”, en forma rectangular con palmilla, flor de muerto y mano de león que se cubre con un mantel largo y bordado con figuras de flores o animales, donde son colocadas algunas imágenes (católicas). Frente al altar es ubicado un tallo de plátano en el cual se incrustan las velas. 

Los materiales comúnmente utilizados para hacer un altar para el Día de Muertos tienen un significado, y son los siguientes: 

1. Retrato de la persona recordada. El retrato del difunto, sugiere el ánima que los visitará la noche del 2 de noviembre. 

2. Pintura o cromo de las Ánimas del Purgatorio. La imagen de las ánimas del purgatorio sirve para obtener la salida del purgatorio del alma del difunto por si acaso se encontrara ahí. 

3. Doce cirios. Aunque pueden ser menos, tienen que ser en pares, y preferiblemente de color morado con coronas y flores de cera. Los cirios, sobre todo si son morados, son señal de duelo. Los cuatro cirios en cruz, representan los cuatro puntos cardinales, de manera que el ánima pueda orientarse hasta encontrar su camino y su casa. 

4. Cincuenta veladoras medianas (opcional). Estas veladoras servirán para iluminar el camino de regreso a casa del alma. 

5. Calaveras de azúcar. Las medianas en el nivel superior, son alusión a la muerte, siempre presente. Las pequeñas y en un nivel bajo, son dedicadas a la Santísima Trinidad, y una grande en el mismo nivel, al Padre Eterno. 

6. Seis candeleros, con boca suficientemente ancha para ubicar los cirios. 

7. Tres incensarios, pequeños anafres o braceros. 

8. Copal (incienso de tiempos prehispánicos). El copal sirve para que su humo limpie el lugar de malos espíritus y así pueda entrar el ánima a su casa sin ningún peligro. 

9. Carbón de madera. 

10. Ceniza de leña. La cruz grande de ceniza sirve para que al llegar el ánima hasta el altar pueda expiar sus culpas pendientes. La cruz pequeña de ceniza se pone por si el ánima se encontraba en el purgatorio, ayudándolo a salir de ahí para continuar su viaje. 

11. Un lebrillo o aguamanil que tenga o no pedestal. 

12. Jabón de pan. 

13. Una toalla de cualquier calidad. El aguamanil, jabón y toalla se colocan por si el ánima necesita lavarse después del largo viaje. 

14. Agua, jarra y vaso, preferiblemente de vidrio transparente para que se pueda apreciar el contenido que será agua natural. El agua en la jarra es para que se moje los labios resecos por el viaje desde el más allá. 

15. Cazuelas con comida. La preferida por el difunto cuando vivía. 

16. Ocote en rajas. 

17. Chiquihuite tortillero. 

18. Licor, un caballito tequilero, un salero y un platito con un limón partido. El licor, tequila preferiblemente, es para que recuerde los grandes acontecimientos agradables durante su vida y decida visitar a los vivos. 

19. Pan de muerto (Dos piezas medianas). La comida tiene por objeto deleitar al ánima que nos visita. 

20. Flores de cempaxóchitl, según las necesidades. Las flores sirven para adornar y aromatizar el lugar durante el tiempo que esté presente el ánima. 

21. Mesa, tablas, etcétera, para la base del altar. 

22. Papel de china de cualquier color, dando preferencia al morado, rosa oscuro y negro, tantos pliegos como superficie se pretenda cubrir.
* Calaveras de dulce, tienen escritos el nombre del difunto (o en algunos casos de personas vivas en forma de broma modesta que no ofende en particular al aludido) en la frente, son consumidas por parientes o amigos. 

* Pan de muerto. Platillo especial del Día de Muertos incluyen, panecillo dulce hecho con base de huevo que se hornea en diferentes figuras, desde simples formas redondas hasta cráneos, y se espolvorea con azúcar común. 

* Flores. Durante el período del 1 al 2 de noviembre las familias normalmente limpian y decoran las tumbas con coloridas coronas de flores de rosas, girasoles, entre otras, pero principalmente de Cempaxóchitl, las cuales se cree atraen y guían las almas de los muertos. Muchos de los panteones son visitados. 

* El altar y las visitas. Se cree que las almas de niños regresan de visita el día primero de noviembre, y las almas de los adultos regresan el día dos.

En el caso de que no se pueda visitar la tumba, ya sea porque ya no existe la tumba del difunto, o porque la familia está muy lejos para ir a visitarla, también se elaboran detallados altares en las casas, donde se ponen las ofrendas, que pueden ser platillos de comida, el pan de muertos, vasos de agua, mezcal, tequila, pulque o atole, cigarros e incluso juguetes para las almas de los niños. Todo esto se coloca junto a retratos de los difuntos rodeados de veladoras.


*** Un agradecimiento especial a ROLHERT, por compartirnos los datos del Altar Huasteco, que inspira, que es el símbolo de la tradición, y que a pesar de la adversa situación económica muchas familias hacen un esfuerzo por elaborarlo y preservar esa costumbre, haciendo la ofrenda de los tamales, guisos, pan, chocolate, naranjas, dulces, refrescos y cerveza, etc…, que más gustaban a los fieles difuntos.

¡Gracias por el favor de su atención!
D.M. Nos saludamos hasta la próxima entrega.



Fotos: Archivo (Ilustrativas).
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